Devoción
Ayer te pedí que te imaginaras como un cazatesoros. Hoy quiero explorar un poco más sobre eso porque creo que es exactamente lo que eres.
En Mateo 13:45–46, Jesús cuenta una parábola sobre cazar tesoros
El Reino de Dios es el tesoro más grande y vale todo lo que tenemos, pero afrontémoslo, todo lo que creamos tener es nada en comparación con todo a lo que Jesús murió para darnos. Como aprendimos ayer, la Presencia de Dios en nosotros nos hace extraordinarios y extraordinariamente valiosos. ¡Este tesoro no es solo para nosotros! Cuando aprendemos a ver el tesoro que Dios puso en nosotros, comenzamos a ver el tesoro en los otros. Una de mis más grandes alegrías como pastor, es ver el oro que Dios ha puesto en personas y como lo llama para que salga.
El problema está en que podemos distraernos muy fácil por cosas externas. El ‘cofre del tesoro’ puede lucir sucio y roto por fuera, puedo eso no cambia ni puede cambiar la realidad de lo que Dios ha puesto dentro. 1 Samuel 16:7 lo pone de esta manera
¿Seremos personas que tienen la revelación de QUIÉN y QUÉ llevamos? ¿Seremos aquellos que miran con ojos sobrenaturales el oro en los demás? ¿Estaremos lo suficientemente seguros como para llamar la grandeza en los demás?
Oración
Padre, gracias por el tesoro que Tu pusiste en mi. Ayúdame a ver el tesoro que Tu has puesto en otros.
Amén.
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